top of page

Planificar cuando no hay planes

Es difícil ponerse a pensar en proyectos cuando pareciera que el mundo entero está en pausa. Incluso he escuchado gente comentando que se arrepiente de haber comprado una agenda 2020 o haber empezado un bullet journal este año. "No tengo nada que escribir, estoy todo el día en casa"; "¿para qué voy a usar una agenda?" . Quizá es este concepto de que la agenda se usa sola y únicamente para anotar eventos u obligaciones, quizá es porque el método Bullet Journal me permitió concentrarme en otros aspectos de mi día a día, además de anotar los eventos y responsabilidades de la semana, pero acá te cuento qué podés hacer para darle un poquito de estructura a tus días de aislamiento y sacarle provecho a esa agenda o a ese bullet journal que tenés guardados desde marzo.


Hábitos de sueño

"¿Y para qué me voy a levantar temprano si no tengo que cumplir un horario?"


Llevar una rutina de sueño equilibrada es bueno para la salud mental y física. No significa que te levantes todos los días al amanecer, pero sí que duermas una cantidad de horas adecuadas y que no empieces tu día a las 3 de la tarde.

¿Por qué?

Nuestro cerebro funciona mejor cuando está bien descansado y especialmente por la mañana. No está mal si querés dormir un par de horitas extra, está bueno que te permitas esas buenas 8 horas de sueño que siempre se recomiendan, pero procurá empezar tu día no más tarde que las 10 de la mañana.

Si empezás con tus quehaceres temprano, tenés más margen para llevarlos con tiempo, tranquilidad y permitirte descansos entre medio. Si tu día empieza a las 3 de la tarde, ¿desayunás o vas directo al almuerzo? Y para cuando terminaste ya es media tarde y todavía no empezaste a hacer los deberes. Y para cuando termines los deberes (si es que se terminan) ya es hora de cenar. ¿Y después de cenar?

Llevando una buena rutina de sueño, te queda más tiempo libre al final del día para hacer lo que quieras.Incluso podés permitirte una siesta poderosa a media tarde (no más de 20 o 30 mins) para regargar las pilas y seguir adelante.

Dieta

Lo mismo sucede con la alimentación. No se trata sólo de comer comida nutritiva sino también comer a horarios adecuados. Un buen desayuno te provee de energía para arrancar el día sintiéndote bien y así poder llevar a cabo tus tareas de forma más eficiente. Un almuerzo fresco y liviano te va a sacar el hambre pero no te va a dejar knock out por el resto de la tarde. Comer algo a la hora de la merienda te va a dar ese último empujoncito que seguro necesitás, y si cenás, que sea algo saludable pero no pesado, para así poder dormir más relajado y sin indigestión.

Esto no significa que no puedas permitirte esa deliciosa pizza o comer una hamburguesa de vez en cuando, pero sí tener en cuenta que tus hábitos alimenticios afectan a todo el resto de tu rutina. Esos "permitidos", guardalos para el fin de semana o como recompensa por haber terminado tus tareas pendientes.

La escuela en casa / home office

Qué tema el tener que ser tu propio jefe en casa... Al no tener que cumplir un horario específico, trabajando desde la comodidad del hogar, es normal que caigamos en algún mal tipo de hábito como trabajar de más hasta altas horas de la noche porque "el trabajo no se termina"; o no cumplir completamente con lo que tenemos que hacer (y sentirnos mal al respecto).

Esto se relaciona un poco con las dos cuestiones anteriores. Si dormimos mal (demasiado o muy poco) y si no nos alimentamos como corresponde, vamos a caer en malos hábitos que nos van a llevar a quedarnos trabajando hasta las 4 de la madrugada o no vamos a completar la mitad de nuestros deberes del día, por lo que se terminan acumulando para el día siguiente y el siguiente; y así hasta que se convierten en una bola de nieve.

Pero no es imposible recuperar el equilibrio. Ordenar el día en bloques de tiempo (sí como los de la escuela) te va a ayudar a ser más estricto con vos mismo, pero también dentro de esos bloques podemos incorporar momentos de descanso, relajación o alimentación.

Productividad tóxica

Con esta cuestión de trabajar o estudiar en casa es posible que nos dejemos amedrentar con este concepto de "ser productivos". Muchos mensajes en las redes dirán "este es el momento en el que podés hacer todas esas cosas que siempre quisiste hacer pero que decías que no tenías tiempo. Bueno, ahora tenés tiempo".

Ser productivo no es hacer muchas cosas ni trabajar más y más horas en el día. No es empezar el lunes y completar 1001 tareas antes del miércoles. La productividad tiene que ver con qué querés hacer con tu tiempo y cuál es la mejor forma de lograrlo dentro de tus posibilidades.

La productividad tóxica es esa idea de que hay que levantarse súper temprano, estudiar o trabajar sin descansos, sin interrupciones, sin comer, sin dormir. Es sobreexigirte bajo parámetros irreales o ajenos, medir el valor de tus esfuerzos con la mirada de otros y no la propia. Es pensar que no podés tomarte un ratito para hacer algo que te gusta si todavía tenés tarea. Bueno, te cuento que siempre vas a tener tarea, siempre va a haber "algo más que hacer"; pero depende de nosotros mismos decidir hasta dónde es suficiente y dónde necesitamos frenar y respirar.

El mejor consejo para evadir la productividad tóxica es dejar de ver lo que hacen los demás y en cuánto tiempo lo hacen, no dejar que las redes sociales nos bombardeen con mensajes de "ahora o nunca", hacer una evaluación del verdadero tiempo con el que contamos y cuál sería la mejor manera de aprovecharlo en hacer tanto lo que "debemos" como lo que "queremos". Proponernos objetivos realistas, alcanzables, que se condigan con lo que nosotros queremos y no "lo que hacen todos". Y sobre todo, no te sientas mal por "no dar lo mejor de vos". Todos estamos haciendo lo que podemos con los recursos con los que contamos y es normal sentirse un poco frustrados con la situación que atravesamos. Tomate tu tiempo para evaluar qué es lo que querés lograr y una vez decidido, trabajá para alcanzarlo a tu ritmo.


Procrastinación

Esta palabrota que es el peor enemigo de muchos (yo incluída). Como mencioné más arribla, dejar las cosas para más adelante o para el día siguiente es tentador pero a veces puede resultar contraproducente. Otras veces, quizá, dejar algo y retomarlo más tarde, sea lo más indicado.

Pero, como ya mencionamos en entradas anteriores, hay que sere moderados y concienzudos.

La procrastinación puede devenir en sentimientos negativos y derrotistas por lo cual, a fin de cuentas no vamos a lograr nada de lo que nos propusimos.

Hay varios métodos para combatir la procrastinación. El principio de inmediatez y la rutina por bloques son buenos recursos para empezar a tachar esa lista de pendientes.

Y si la lista de pendientes no funciona, agarrá el calendario y empezá a asignarle un día y un horario específico a cada tarea que tengas que resolver. Ponete firme y hacelo de una sola vez, sin repetir y sin soplar. Vas a ver cómo esa lista que parece interminable va desapareciendo de a poquito.

Actividad física

La enemiga de tantos...

Algo más que podés sumar a tu rutina es hacer algo de ejercicio. No es necesario que sea todos los días ni día por medio. Con un día a la semana es suficiente para empezar. Tampoco es necesario que te exijas al extremo ni que te quede el cuerpo adolorido por el resto de la semana. Caminá un poco, hacé estiramientos, un poquito de aeróbicos, yoga, pilates, nada tremendamente exigente. Hay muchísimos instructores en Youtube que pueden enseñarte a hacer una pequeña rutina de ejercicios que podés acomodar en tu semana sin ningún inconveniente. Cuerpo sano, mente sana. Vas a ver cómo ese poquito de actividad física te va a ayudar a sentirte mejor, más energizado para taclear tus tareas y más relajado a la hora de dormir.


¿Empezar una agenda o bullet casi a fin de año?

La respuesta corta es sí.

Nunca es tarde para empezar a darle un poco de forma a tus días, nunca es tarde para empezar a llevar un registro de tus hábitos y rutinas. Estamos entrando en el último cuarto del año pero ¿qué mejor momento para darle un nuevo giro a tus días que ahora? Animate. Lo peor que puede pasar es que sigas como venías hasta ahora.

"No tengo nada que escribir en mi agenda" ya no es una excusa. Podés llevar un control de tus hábitos de sueño, un registro de tu alimentación, planear tu rutina en bloques de horarios, diseñaruna estrategia para evadir la toxicidad y la procrastinación.


Contanos en los comentarios cómo organizás tus días, ¿ya practicabas algunos de los hábitos que aconsejamos? ¿Qué te gustaría cambiar de tu rutina diaria?

Para más consejos sobre organización personal y técnicas de estudio, seguinos en Instagram.


Que tengas un lindo día.


Comentarios


Quieres conocer todas nuestras novedades?

No te pierdas ninguna actualización

  • Discord
  • Icono social Instagram
  • Negro Facebook Icono
  • Negro del icono de YouTube
bottom of page